viernes, 16 de enero de 2015

Un beso dulce y... salado

Bueno, espero que disfrutéis este capítulo, es uno de los mejores de la temporada!!
Besos Jo.

Capítulo 17
- Vale, te he dejado que nos sacases de comisaría, ahora, me vas a explicar qué está pasando.- Me dijo Jo cuando estábamos entrando en la autopista.
- Es muy sencillo, somos las únicas sospechosas que tienen por ahora, bueno, a decir la verdad, soy la única sospechosa, tú solo serías cómplice. No digas nada. Déjame terminar.- Le digo al ver que me quiere interrumpir.- Tengo un motivo: evitar la boda, y yo misma lo dije, ojalá esa boda no tuviese lugar, pero no me refería a que todo terminase de esta manera. Y también tengo el perfil: joven loca y traumatizada por la prematura muerte de sus padres. Lo único que no encaja es que tengo coartada y muy fiable. Por eso, nos han dejado en libertad. Ahora, vamos directas a la ruta 66. La cogeremos en Los Ángeles y viajaremos hasta Chicago.
- Pillé lo primero, pero no entiendo lo del viajecito.

- Haber, somos sospechosas pero quien quiera que nos esté inculpando el crimen va a conseguir que terminemos siendo las acusadas de asesinato. Por eso, tenemos que alejarnos de la ciudad y, de paso, tener una salida de chicas e esas que hace tanto tiempo que no tenemos. Así que, apaga el móvil, olvídate de todo y vive el momento.

- No me lo digas dos veces…- Jo apagó el móvil y puso música en mi descapotable.

Nada más salir de San Francisco, puse rumbo a Los Ángeles, tras esta mágica ciudad cogimos la autopista madre, la ruta 66. Nuestra primera parada fue Alburquerque ya que teníamos pensado ir hasta Chicago, es decir, la ruta entera. Tras algo menos de 12 horas llegamos, pasamos la noche y gran parte del día y seguimos nuestro camino. Hicimos muchas paradas antes de llegar a nuestro destino, fueron casi 8 días de viaje, visitas y tiempo entre amigas. Nos sacamos fotos, compramos ropa, fuimos de fiesta… También nos recorrimos gran parte de la ciudad, desde museos y acuarios hasta conciertos de jazz y partidos de baloncesto. Jo y yo podríamos garantizar que había sido el mejor fin de semana que habíamos pasado en mucho, mucho tiempo. Sobre todo, después de lo que nos iba a venir encima:
Llevábamos casi una semana fuera de casa, por eso, decidimos encender los móviles. Nada más hacerlo, a ambas nos saltaron montones de llamadas perdidas y mensajes, las más antiguas eran de Finnick y Gale, las más recientes de Effie, Peeta, Katniss, Haymitch y Prim. Algo me dijo que andaba mal así que llamé a mi prima mayor.
- ¡Annie Cresta Adams! ¿Me puedes decir dónde estáis? Llevamos tres días intentando localizaros urgentemente.- Me gritó Kat nada más descolgar y poner el modo altavoz.

- Lo siento, Kat. ¿Qué pasó? Estamos en Chicago.

- ¿Chicago? ¡Ya podéis mover vuestro trasero hasta aquí rápidamente!- Dijo Prim, que acababa de coger el móvil.

- ¡Mi trasero se va a quedar aquí hasta que me digas que está pasando, Primrose Everdeen! – Dijo mi morena mejor amiga, que se empezaba a desesperar.

- Yo te lo resumo, cielo. Finnick y Gale están ingresados porque tuvieron un accidente de coche cuando intentaban ir a buscaros a donde sea que hayais ido.
Mientras ella decía esto y Jo quedaba en shock, yo compraba un par de billetes de avión para el próximo vuelo que saliese del aeropuerto de Chicago.

En unas 5 horas aproximadamente, ya estábamos en el hospital. En cuanto lo hacemos, tenemos que escuchar una reprimenda de la Effie antes de poder entrar a ver a los chicos, para hacerlo, nos dividimos, Jo va a ver primero a Finnick y después voy yo, mientras yo veo a Gale y más tarde a Gale.

Mi mejor amigo fue el que se llevó la peor parte ya que era el que conducía, llevaba casi una semana en coma y nadie sabía cómo había sido el accidente, estaban esperando a que despertase alguno ya que el rubio de ojos verde mar seguía dormido.

Al entrar a la habitación de Gale no pude evitar que se me empañasen los ojos y empezara a llorar como hacía tiempo que no hacía. Me senté a su lado, le agarré la mano y estuve durante horas esperando alguna respuesta de su cuerpo que me dijese que seguía ahí, que no se iba a ir.
Tras 6 largas horas esperando algún movimiento por parte de su cuerpo, entró Jo:
- Finnick despertó hace un par de horas, quiere verte.-

- ¿A mí?- Mi mejor amiga asintió.- El accidente le dejó conmocionado.
 Cuídalo bien, ¿vale?- Le dije mirando a Gale, sabiendo que la pelinegra quería hacerle compañía.

- Ann.- Me dice Jo al estar a punto de salir, yo le dirijo una mirada de asentimiento y me dice:- No le hagas sufrir más, te merece y lleva demasiado tiempo sufriendo.

- Touché, Señorita Mason.- Y salí.

Antes de entrar en la habitación 324 del hospital de San Francisco, respiré profundamente y obligué a mi cuerpo a relajarse. En cuanto estuve segura de que iba a poder abrir la boca sin ponerme a llorar y para decir algo coherente, entré. Nada más hacerlo, me encontré al gran Finnick Odair hecho papilla, tenía una pierna escayolada y una venda en la cabeza, además de moratones y cortes por gran parte de la cara y los brazos. Tenía una bandeja en su regazo y estaba viendo fijamente el vaso de café que seguramente acababan de llevarle. En cuanto cerré la puerta, levantó la cabeza rápidamente, lo que le provocó un mareo (seguramente por la contusión en la cabeza) e hizo que yo estuviese a su lado en menos de 2 segundos. Me vio, sonrío y me dijo:
- Hola Annie.- Dice, como si tuviésemos una relación de amistad súper profunda y no la constante no-relación en la que vivimos.

- Hola Finnick.- Digo, igual de casualmente, aunque me doy cuenta de que se asombró al llamarle por su nombre.

- ¿Qu­i­eres un azu­ca­ril­lo? - Di­ce, of­re­ci­en­do su ma­no, que es­tá lle­na has­ta ar­ri­ba.- Se supone que son para el café pero, ¿A quién le importa?, al café le podrán echar montones de azucarillos mientras que yo estoy en una camilla del hospital, así que bueno… Si vemos algo dulce, mejor aprovecharlo, ¿no?- En cuanto termina, me doy cuenta que no quiere que responda a las preguntas, simplemente está ligando. Por eso, solo asiento y dejo que él se acerque a mí.

- Y yo estoy viendo una chica muy dulce delante de mí, y voy a aprovechar esta cercanía para... darle un beso.- Dice de repente, según se va acercando. Al instante, siento sus labios, dulces por el azúcar, sobre los míos, salados de tanto llorar.
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Tras las vacaciones de navidad y un tiempo en el que estuve falta de inspiración de tiempo, ya está aquí el cap 17. Espero que os haya gustado tanto como a mí escribirlo. Como casi no hay comentarios ni lecturas se me quitan las ganas de mandar los caps para que Jo los publiqué pero he decidido darle un plazo de un año como mínimo haber como va evolucionando. A menos que tenga 3-5 comentarios no creo que pueda publicar hasta Febrero, ya que empiezan los exámenes y los compromisos, lo siento

Annie Mentalmente Desorientada
P.D. Personalmente, mi capítulo favorito ;)

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