miércoles, 27 de mayo de 2015

Perdida entre letras de papel y tinta.

Cuando lees un libro... es increíble, te dejas llevar, te pierdes en otro mundo y vives a través de otro tiempo. Como un reloj de arena suspendido en el espacio.
Cuando conectas con uno de los personajes, cambias. Vives lo que él vive, sientes lo que él siente.
Y cuando el libro por fin acaba, cuando ya no quedan más hojas que recorrer, cuando la historia se da por terminada, entonces, lloras.
Lloras de alegría, como cuando se salva una vida.
Lloras con el alma y el corazón, al saber todo lo que has vivido. Al recordar aquellos intensos momentos entre la espada y la palabra.
Y simplemente liberas. Te liberas de todo lo que te ata a un mundo o a otro, tus lágrimas empiezan a transportar la alegría de haber conocido años de historia, en solo palabras. Te desprendes de todo lo malo, te desprendes de la realidad, y solamente... vuelas.
Creas otra realidad a través de la experiencia, te creas otra realidad mezclada con los sueños de haber sido otra persona, aunque fuera por unos instantes, aunque fuera por solo trece segundos.
No importa, lo que importa es que has vivido trece segundos antes de oír el disparo que significa la vuelta a la realidad.

Simple y sinceramente, lee, lee porque es lo mejor que se puede hacer para volar y que nazcan alas.